Confirman el origen común de las poblaciones nativas americanas



La genealogía de los pueblos originarios de América fue objeto de
debate por décadas, cuando se intentó dilucidar si el poblamiento del
continente había sido producto de una o varias oleadas migratorias que
cruzaron desde Asia por el estrecho de Bering, que hace 20 mil años
era un puente de tierra.

Ahora, un consorcio internacional del que participaron laboratorios,
universidades y centros de investigación de 17 países logró
reconstruir esta historia a través del estudio genético de las
poblaciones actuales. Los resultados fueron publicados en la versión
online de la revista científica Nature el 11 de julio. "Este trabajo
muestra que casi todos los pueblos originarios americanos son
descendientes de una única población ancestral que entró al continente
hace 15 mil años", comenta Claudio Bravi, investigador adjunto del
CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Molecular
(IMBICE) de La Plata.

Esta primera oleada migratoria habría cruzado desde Siberia y poblado
América. Sin embargo, otras dos corrientes migratorias siguieron a la
primera pero su aporte quedó acotado a tres grupos de poblaciones del
norte del continente: los esquimales, aleutianos y Na-Dene, que viven
en territorios que hoy pertenecen a Canadá, Groenlandia y Estados
Unidos.

Cuando se analizó su ADN se descubrió que "los dos primeros tienen un
promedio de 60% de (material genético perteneciente a) la primera
migración y 40% de un segundo flujo asiático", explica Bravi,
"mientras que los Na-Dene tienen un 90% de la primer migración y un
10% de un tercer flujo asiático". Para reconstruir la historia de la
filogenética americana se analizaron más de 350 mil posiciones del ADN
de 52 poblaciones nativas de América, 17 grupos siberianos y 57
comunidades de otras partes del mundo. "El análisis de esta cantidad
(de material) permitió observar la ancestralidad de los pueblos
originarios y correlacionarla con los posibles tiempos de entrada" al
continente, dice Graciela Bailliet, investigadora independiente del
CONICET en el IMBICE.

"En América se dio una situación interesante: fue el último gran
territorio continental en ser colonizado y las poblaciones asiáticas
que se incorporaron lo hicieron perdiendo parte de su diversidad
génica", explica Daniel Corach, investigador principal del CONICET del
Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y
Bioquímica, UBA. La diversidad genética se refiere al número de
variables y características genéticas contenidas en un genoma.
Disminuye cuando las poblaciones se reducen o cuando se separan
pequeños grupos y se reproducen entre sí.
El consorcio, del que participan Corach, Bravi y Bailliet, analizó
muestras de cuatro pueblos originarios de Argentina -Diaguita, Toba,
Wichí y Chané- de los más de treinta que existen en el país.

Los resultados mostraron que descienden de la misma población
ancestral que entró a América durante la primera oleada migratoria
asiática. De acuerdo con Sergio Avena, investigador adjunto del CONICET en la
Universidad Maimónides y UBA y especialista en antropología de
poblaciones ancestrales y cosmopolitas, este trabajo "permite ver que
hay una enorme historia previa a la llegada de los conquistadores
europeos y de la que todavía nos falta conocer bastante".

A futuro se espera poder secuenciar el genoma completo de los pueblos
originarios americanos actuales y ancestrales para poder contar con
más información para poder estudiar la historia de los movimientos
humanos en el continente. Sin embargo, para Avena los conocimientos
que aporta este estudio podrían además tener una aplicación en otros
campos. "Conocer la composición genética de una población resulta de
potencial utilidad en la práctica médica, pues permite considerar
factores de riesgo para determinados pacientes en relación a
patologías con bases genéticas", concluye.

http://www.tucumanoticias.com.ar/noticia.asp?id=83357

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